Emblema natural del valle cochabambino
El Tunari, cumbre símbolo que cobija a todo el valle cochabambino, es el principal ramal de la cordillera de Cochabamba, también conocida como Central, cuya altitud de
De figura emblemática que inspira versos de leyenda, la
cordillera del Tunari, unas veces vestido de poncho blanco, otras de marrón
color tierra, desde siempre ha sido considerada como una diosa andina para las
comunidades campesinas, que hasta ahora la profesan su respeto y admiración.
No es para menos, porque el sólo hecho de ver a una
distancia considerable la posición erguida en la que se encuentra, es digna de
admiración de propios y extraños. Sin embargo, mayor admiración recibe cuando
uno se encuentra en sus dominios, y más aún si la intención es hacer cumbre en
su pico.
Su pico, un desafió para muchos
La cumbre del Tunari, con sus 5.030 metros de altura,
quizás no tenga punto de comparación con sus similares nevados cordilleranos de
La Paz y Oruro,
donde incluso el flujo turístico es amplio, pero las veces que se viste de
manto blanco, el turismo en estas alturas nace a la vida como el ave fénix.
Durante esta temporada, caravanas de movilidades se
enfilan con dirección a la cumbre, donde familias íntegras se dan cita a pasar
momentos inolvidables de las heladas nieves.
Sin embargo, este fenómeno estacional no es el único
atractivo de la zona, ya que se suman las decenas de lagunas, que sirven de
fuente de descanso y alimentación de varias aves, así como el bebedero natural
de las llamas, ovejas y otras especies. Varias de estas lagunas son el hábitat
de la trucha, especie que está al cuidado de las comunidades, por lo que su
pesca es restringida.
El flujo turístico no simplemente es durante este tiempo,
porque de acuerdo a las estadísticas de algunas operadoras de turismo, se tiene
conocimiento que hay bastante demanda en cualquier época del año. El interés de
los turistas, muchas veces es por vencer su reto personal; y en otras, por la
simple curiosidad de ver el paisaje panorámico flanqueado por el valle y la
puna cordillerana.
Toda vez, que a medida que la movilidad va ganando
altura, paulatinamente se puede ir disfrutando de las hermosas estampas que nos
regala el entorno paisajístico.
Además, facilita en mucho el acceso de las movilidades,
porque al salir de Quillacollo, por la avenida Santa Cruz, existe un camino
asfaltado en buenas condiciones hasta llegar a Bella Vista, a partir de ahí el
resto de la ruta es empedrada hasta el sector de Tawa Cruz (cuatro cruces),
punto de llegada de los turistas.
A partir de ahí comienza la verdadera aventura por los
dominios de esta deidad valluna.
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